El glaciar Mendenhall es un gigante de hielo de 12 kilómetros de extensión en Alaska. Y si bien miles de visitantes se acercan a mirarlo desde lejos, pocos llegan a sorprenderse desde su ángulo tal vez más curioso: su interior. El aumento de la temperatura ha provocado el retroceso del glaciar, mientras el deshielo va tallando cuevas internas, creando un mundo “surrealista” de colores turquesa en constante cambio.
Para llegar a éstas cuevas de hielo dentro del glaciar, hay que emprender una travesía que requiere un tramo en kayak, caminata, escalada en hielo, y claro, el animarse a adentrarse en cavernas que en algún momento podrían desplomarse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario